jueves, 4 de abril de 2013

La viva imagen del libro



Malabaristas y Solitarios
El capítulo 6 del libro de Nicholas Carr relata cómo a lo largo de la historia del libro, específicamente después de la creación de la imprenta, éste ha sobrevivido muchas de las predicciones que han hecho intelectuales de diferentes épocas. Inicialmente se habla de la “amenaza” o competencia contemporánea del libro impreso; es decir los e-books. Luego Carr hace una regresión lineal sobre las otras competencias que ha tenido el libro, como lo fueron el fonógrafo, la televisión, la radio y la prensa.
Más adelante el autor explica por qué el libro perduró y perdurará más años así éste tenga constantes amenazas por nuevas invenciones. Finalmente, Carr expone cómo los lectores de documentos digitales no son los únicos que han cambiado por la revolución digital, al modificar la manera en que leen; sino también los editores y escritores actuales están cambiando la manera en que publican y redactan los textos para la Red.
El libro ha sido la herramienta de multiplicar y transmitir conocimiento global durante siglos ya. Sin embargo se ha visto envuelto en argumentos los cuales plantean su extinción y muy segura memoria como un elemento de antaño. Hoy en día se nos presentan elementos como iPads o Kinddles, los cuales no solo son instrumentos para navegar en la Red, sino que también le permiten a las personas tener su biblioteca personal en cualquier lado. Son gadgets que van, creo yo, más allá de lo que algún día Turing pensó que iban a ser los ordenadores.
Sin embargo, el que estos sean más cómodos para el usuario por su poco peso, o permitan una producción literaria más eficaz, al evitar gastos de transporte, tinta y hojas; los e-books no permiten que el lector tenga la experiencia personal que implica y demanda una lectura en impreso. No obstante, estas circunstancias no evitan el hecho de que cada vez hayan más lectores digitales, los cuales disfruten de la lectura hipertextualizada que ofrece no solo la Internet, sino los productos digitales.
Lo anterior evidencia una transformación en las audiencias de hoy en día, las cuales muestran una adaptación rápida a las nuevas maneras de interactuar e informarse. Aunque este fenómeno se vea más resaltado en el siglo XXI, éste ha venido desarrollándose desde la inclusión de la televisión, la radio y la prensa, en los hogares de las personas.
 Dado que el ritmo acelerado es más visible por la multiplicidad que ofrece la era digital, elementos como los mencionados anteriormente se ven relegados al espacio de la vida de la “mono-tarea”, y en donde no se veían como interruptores de la concentración. En palabras de Carr (2010): “… hemos arrinconado la tradición intelectual de solitaria concentración en una sola tarea, la ética que nos había conferido el libro impreso. Nos hemos pasado al bando de los malabaristas.
            Y este cambio de bando no sólo ha sido únicamente por la manera en que las personas desean conectarse, sino también porque creadores como lo son escritores y editores, están ahora pensando sus productos para los medios digitales; en donde el usuario encuentra hipertexto, utiliza todos sus sentidos al leer, e interactúa con diferentes tipos de texto como lo son el video y el audio.
            Esto anterior se ha convertido en el reto actual de estos sujetos, ya que deben hallar las maneras para hacer que sus productos sean vistos y compartidos en la Red. Para no ser ignorados en las páginas 2, 3… de Google, sino que estén en la primera página, que sean de fácil acceso y que tengan la mayor cantidad de información sobre el documento para que éste no se limite a sus diez páginas, sino que haga que el lector busque más sobre el tema.
            Es allí donde podemos encontrar las maneras en las que cambia la manera de aprender de los sujetos, pues la lectura de un texto único es ahora la lectura de múltiples textos que complementan, debaten e incluso contradicen los demás textos. Tal vez la lectura solitaria y concentrada permitía un proceso reflexivo más íntimo por parte del lector, pero la hipertextualidad está abriendo caminos para que las personas no sólo obtengan información, sino también perspectivas, opiniones y espacios en donde ellos también puedan exponer sus ideas.
En conclusión este cambio de bando es un proceso paulatino, pero incluyente con todas las personas; ya que nuestro contexto se está moviendo en esa dirección, y biológicamente estamos diseñados para poder adaptarnos a este nuevo ritmo. 

Referencia:
Carr. N. (2011). “La viva imagen del libro” En: Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?. Taurus. Bogotá Colombia.


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