jueves, 21 de febrero de 2013

Capitulo 1


El HAL Humano

Echar de menos al cerebro viejo es lo que resume el capítulo primero de Superficiales de Carr el cual es el diálogo interno creo yo, de un noob de la red 2.0. Sin embargo este diálogo sobre los cambios que siente un internauta en sus primeros clicks por los múltiples hipervínculos, es transitorio. Así me considere una nativa digital, el haber tenido que lidiar en ciertas ocasiones con la confusión y desconfianza que genera a veces el bombardeo de información en la red, prueba que realmente soy una inmigrante y que como  lo expresa Carr; he sido una escéptica y otras veces una entusiasta acerca del tema.
            Es aquí donde quiero centrar mi punto de vista. En esta dualidad de escepticismo y confianza total sobre una herramienta que citando a Carr es “inerte hasta que la tomamos e inerte de nuevo cuando la soltamos” (p. 15). Considero que ambas perspectivas están en lo cierto, aunque adueñarse de una y asumirla como postura subjetiva es uno de los errores más grandes y generales que pueden impedir que el individuo se desenvuelva y aproveche de la manera más óptima la tecnología.
            La postura de Carr en este primer capítulo considero bastante apresurada y la manera que utiliza el argumento de McLuhan para soportar la idea de un ensordecimiento y cultivación de la ignorancia en nuestras mentes desde la tecnología es demasiado severa y negativa. Lo anterior hizo preguntarme si esta postura proviene no tanto de un sentimiento de desolación por la sociedad en general, sino desde el miedo y la ignorancia frente a esta herramienta; lo cual parece más coherente ya que es una de las razones que priman cuando se da un discurso que critica y señala una realidad tan inminente, que crece exponencialmente y se nutre de nosotros.
            Además ¿qué seria de nuestra existencia si realmente no generamos cambios desde nosotros para nosotros y para los que a decir verdad, estamos diseñados para enfrentar? Lo único que se debe cambiar es la actitud hacia la novedad ya que ésta es parte de la naturaleza humana. Desde nuestra curiosidad y la necesidad por explorar hasta el sentimiento de alegría y realización por lograr acercarnos o llegar a nuestras metas. Tanto la tecnología y la red 2.0 deberían ser acogidas y entender que ya que estas son omnipresentes en nuestra cotidianidad, debemos acomodar nuestras conductas y formas de relacionarnos con el medio y con nosotros mismos.  
En vez de tomar posturas como las del escéptico y el entusiasta deberíamos recordar que el uso de estas herramientas, aunque suene cataclísmico para la mayoría, ya no es opción si se quiere convivir en sociedad y mantener la idea de grupos o círculos de identidad; conceptos inherentes al ser humano y su supervivencia. Este último concepto debería recibir más atención ya que aunque suene primitivo o salvaje, es lo que nos mueve como raza a diario y lo que la tecnología ha comenzado a influenciar.
La supervivencia va adquiriendo nuevos significados y nuevas maneras de practicarse; y es allí donde debemos encontrar el punto medio entre el escéptico y el entusiasta, y se logre utilizar la tecnología de la manera más optima posible, recordando que de igual manera existen ciertos peligros en ella. Así ésta sea intangible sus consecuencias son igualmente reales, el humano de hoy en día, el Yo 2.0 es una de éstas. Retomando a Clive Thompson citado por Carr “la memoria perfecta del silicio puede ser un don enorme para el pensamiento” (p. 18). Esta, considero, es la mejor aproximación que se le puede dar a la perspectiva sobre lo que está haciendo la Internet con nuestras mentes. ¿Por qué no podríamos trabajar en conjunto con la “memoria perfecta del silicio” y la creatividad de aquella que la creó? Pensémonos como los inicios del humano híbrido en donde la teoría computacional puede volverse  algo más que una predicción organicista de los libros de psicología.
           

Bibliografía:
Carr. N. (2011). “Hal y yo”. En: Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?. Taurus. Bogotá Colombia.

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